El almacenamiento y trabajo en la nube se alza como una solución para el trabajo en remoto y para compartir archivos en distintos dispositivos.
En este artículo te contamos qué es y para qué sirve la nube y qué servidores tenemos a nuestra disposición para adentrarnos en el 'cloud computing'.
Cuando navegamos por Internet, a veces podemos encontrarnos con términos que desconocemos, o con maneras de operar nuevas. En los últimos tiempos se habla del almacenamiento en la nube o cloud, en su término inglés. Pero más allá de la meteorología, en un lenguaje tecnológico, ¿qué es la nube y qué utilidad puede tener? Cuando decimos que alguien está en las nubes hacemos referencia a un estado de elevación, de estar suspendido, pensativo. Cuando nos referimos a trabajar en la nube hablamos del almacenamiento en servidores remotos a los que puedes acceder a través de Internet. Trabajamos y guardamos nuestros trabajos en esa nube virtual a la que podemos acceder desde cualquier sitio y dispositivo con nuestro usuario y contraseña. Y para dar solución a esta función existen decenas de servidores. Acompáñanos en este artículo donde vamos a repasar alguno de los principales.
En otros artículos de este blog hemos hablado del envío de archivos, ya que el correo electrónico no siempre es una solución plausible, especialmente cuando esos archivos son pesados. Sin embargo, podemos encontrarnos con la necesidad no solo de hacer llegar archivos a otros usuarios sino de trabajar en la nube, en ese espacio compartido entre varias personas para poder trabajar en remoto en un mismo proyecto. Actualmente, estamos asistiendo a una necesidad de este tipo de soluciones en un entorno en el que la distancia se ha impuesto y el teletrabajo es una realidad. Al trabajar en la nube, dos usuarios a miles de kilómetros de distancia física pueden trabajar sobre el mismo proyecto gracias al almacenamiento en este espacio.
Pero además, cualquier usuario puede hacer uso de la nube para almacenar archivos a los que solo él puede acceder desde cualquier dispositivo. Todos en alguna ocasión nos hemos visto en la situación de tener la memoria llena en nuestros teléfonos móviles, donde almacenamos cientos de fotos y videos hasta que el almacenamiento del dispositivo dice basta. O alguna vez necesitamos trabajar con proyectos o archivos que ocupan mucho espacio en nuestros ordenadores. En ese caso, la nube puede ser una buena solución, donde almacenar archivos sin necesidad de ocupar espacio en nuestros teléfonos, ordenadores o tablets.
La tecnología cloud evoluciona a un buen ritmo y lo hace por la potencialidad de sus funciones y las ventajas que aporta. Veamos alguna de sus principales ventajas:
- Accedes a tu información desde cualquier dispositivo, desde cualquier lugar físico y en el momento en que lo necesites. Tan solo necesitas usuario y contraseña en el servidor que hayas elegido y conexión a Internet.
- El acceso a la información que tengas almacenada en la nube es instantáneo.
- Puedes realizar un trabajo en el que colaboren distintos compañeros sobre el mismo documento.
- No necesitas equipos de última generación para realizar procesos en la nube. Incluso desde el teléfono móvil puedes acceder.
- El mantenimiento y la actualización de la nube no depende de ti, como sí ocurriría si tuvieras los documentos en tu dispositivo. En la nube es el proveedor del servicio el que se encarga de ello.
- Los gastos son mínimos. La mayoría de servidores ofrecen un almacenamiento gratuito, aunque muchos de ellos también tienen cuenta premium que mejora sus funciones y amplía el espacio disponible en la nube.
No podemos pasar por alto que algún inconveniente también acarrea. Por ejemplo, para acceder a la nube es imprescindible la conexión a Internet. Otra desventaja es la seguridad de los datos. Cuando trabajamos y almacenamos en la nube, nuestros archivos se almacenan en un servidor que en ocasiones son objeto de ataques informáticos. Una circunstancia que está estrechamente ligada a la privacidad, ya que en la nube puedes almacenar documentos de carácter privado que puedes ser usurpados por piratas informáticos.
Existen diferentes tipos de nube, cada uno de ellos con sus características particulares:
Nube pública:
Permite el acceso a los servicios de la nube de manera gratuita y desde cualquier punto del globo. En las nubes públicas son las empresas que ofrecen los servicios de la nube las responsables del funcionamiento y mantenimiento del servicio.
Nube privada
Se trata de una nube de uso exclusivo para empresas, bien porque la hayan contratado o bien porque han desarrollado su propia nube. En este caso, los servicios que ofrece el cloud son usados en exclusiva por la empresa. Para la corporación supone una mejora en la seguridad de los sistemas y datos, ya que se albergan en servidores dentro de la empresa. Aunque hay que tener en cuenta que esta nube privada es también más cara, ya que se necesita la instalación de la infraestructura necesaria.
Nube híbrida:
Es una mezcla de las dos anteriores, de manera que una empresa puede aprovechar las ventajas de una y otra: se contratan servicios de la nube para hacer uso exclusivo y, a su vez, se usan servicios que ofrece la nube pública. Puede usarse, por ejemplo, la nube privada para guardar datos confidenciales o información sensible, y la pública para almacenar datos menos sensibles o descongestionar la nube privada.
Para beneficiarnos de las potencialidades de la nube, contamos en el mercado con diversos proveedores a nuestra disposición. Cada uno tiene sus peculiaridades, sus planes de pago y gratuitos y ofrece ventajas que cada usuario debe sopesar a la hora de decantarse por uno u otro. Veamos de cuáles se trata.
Google Drive.
En el universo del cloud computing, no podía faltar Google. Así, la solución que ofrece el gigante tecnológico es una de las más populares del mercado. Se trata de Google Drive, una plataforma de almacenamiento que ofrece ventajas como la compatibilidad con muchas plataformas y sistemas operativos o la posibilidad de sincronizar tantos dispositivos como necesitemos.
Ofrece un plan gratuito de almacenamiento de 15GB para alojar archivos, copias de seguridad y documentos. Pero, si esa capacidad se nos queda corta, tenemos la posibilidad de ampliar a otros planes de pago hasta 30 TB (30.000 GB, nada más y nada menos).
La opción de Google permite la edición de documentos en línea entre varios usuarios. El intercambio de documentos es muy sencillo, al alcance de cualquier nivel informático de los usuarios.
Dropbox
Es otra de las soluciones más populares, un clásico que no destaca especialmente por el tamaño de almacenamiento que cubre, 2 GB. Aunque puede ser suficiente a nivel usuario básico, cuenta también con planes más ambiciosos de pago que amplían la capacidad de almacenamiento. El almacenamiento del plan gratuito puede ampliarse si se comparte el servicio, tan solo necesitas invitar a otros usuarios a unirse.
Dropbox crea una carpeta en el dispositivo que elijas que se sincroniza con una versión online. Así, puedes acceder a todos los archivos aun estando offline. Se emplea especialmente a la hora de trabajar en equipo.
La versión de pago ofrece ventajas como la sincronización de archivos y carpetas en los dispositivos que quieras, sin limitación.
OneDrive
Microsoft no se queda atrás en su ofrecimiento de almacenamiento en la nube. Aunque no ofrece gran cantidad de espacio, 5 GB, es una solución bastante popular en el mercado. Viene integrado con Windows 10, permite compartir y editar archivos con Microsoft Office y es una opción plausible para los usuarios de correo electrónico de Outlook.
Gracias a la sincronización selectiva no es necesario tener todos tus archivos OneDrive ocupando espacio en todos tus dispositivos. Permite compartir archivos con tus contactos gracias a su vinculación con los perfiles de redes sociales. Además, puedes determinar permisos para cada usuario para permitirles solo la lectura o también la modificación. Asimismo, puedes acceder a tus documentos a través de su web desde cualquier dispositivo.
Mega
Es uno de los servidores que ofrece una versión gratuita con mayor capacidad, hasta 50 GB. Ofrece además descargas múltiples y una gestión del contenido bastante completa. Es una buena opción para alojar copias de seguridad muy pesadas y para disponer desde cualquier lugar de todos los archivos. A favor de Mega hay que añadir que es un servicio que presta especial cuidado de la seguridad ya que ofrece un cifrado completo de todos los datos enviados y almacenados, al igual que cifra nuestra contraseña.
Como ocurre con otros servidores de nube, Mega cuenta con planes de pago que amplían el volumen de almacenamiento.
Box
Con Box tenemos a nuestra disposición 10 GB de manera gratuita, una cifra interesante comparado con el resto de servidores que hemos visto. Sin embargo, cuenta con un pequeño matiz que tenemos que tener en cuenta, y es que tiene un límite de 250 MB por archivo. Por eso, si necesitamos recurrir a la nube para almacenar documentos o datos de gran volumen, debemos decantarnos por otras soluciones. Eso sí, tenemos la opción de contratar más espacio y un límite de tamaño de archivo mayor con alguno de sus planes de pago. Destaca igualmente por la especial atención a la seguridad de los archivos que compartimos en la nube.
Amazon Drive
Aunque muchos lo desconocen, Amazon, además de ser uno de los más destacados servicios de venta online del mundo, cuenta con un servicio de almacenamiento en la nube. En sus inicios, comenzó como un espacio para hacer copias de seguridad de archivos multimedia, como fotos y videos, hasta llegar a convertirse en una solución de almacenamiento para clientes de Amazon Prime que alcanza los 5GB para videos, música y otros archivos, y almacenamiento ilimitado para fotos. Una solución muy plausible para descargar tu dispositivo de los cientos de fotos que almacenamos. Amazon también incluye un servicio de almacenamiento de música, Cloud Player, con el que guardar 250 canciones gratis.
Si se queda corto para tus necesidades, puedes acceder a su versión de pago.
Con estas propuestas, ya solo es necesario que examines cuál se adapta mejor a lo que necesitas o al uso que vayas a hacer y decantarte por una u otra opción. Si necesitas profundizar en tus conocimientos sobre la nube y todas las potencialidades que ofrece el mundo de Internet, recuerda que en el Centro de Desarrollo de Competencias Digitales de Castilla-La Mancha, Bilib, contamos con recursos formativos gratuitos online o presenciales. Por ejemplo, proponemos el curso de Iniciación al uso de Internet. Puedes consultar esta y otras formaciones en la web de Bilib así como en la Plataforma Formados, un espacio donde aumentar tu conocimiento y tus capacitaciones en materia de Tecnología de la Información y la Comunicación. Se trata de cursos y webinars para todos los niveles y perfiles.
Además, ponemos a tu disposición Puntos de Inclusión Digital y Centros de Internet, repartidos por toda la comunidad manchega, a los que puedes acudir a navegar por Internet y desarrollar tus habilidades y destrezas TIC.