Las necesidades formativas han evolucionado desde la ofimática a una formación más diversificada, como gestión electrónica, realidad virtual, Scratch, o diseño web

Entrevista a Olga Sotoca, Responsable del Punto de Inclusión Digital de Talavera de la Reina.

En Talavera de la Reina se encuentra la Biblioteca José Hierro, hogar del Punto de Inclusión Digital dirigido por Olga Sotoca. Con más de dos décadas de experiencia en su rol como Técnico Auxiliar de Biblioteca, Olga ha desempeñado un papel crucial en la transformación digital de la comunidad local. Desde su llegada en noviembre de 2003, ha supervisado y coordinado el Punto de Inclusión Digital en este centro cultural, adaptando las actividades y la formación para satisfacer las cambiantes necesidades de los vecinos.

En esta entrevista, Olga comparte su visión sobre cómo su labor y la diversidad de actividades que organiza han contribuido a cerrar la brecha digital, permitiendo que personas de todas las edades y niveles de experiencia se familiaricen con la tecnología y obtengan valiosas habilidades digitales. Exploramos cómo las necesidades de formación han evolucionado a lo largo de los años, abarcando desde la conectividad básica hasta aplicaciones avanzadas. Su compromiso y paciencia son fundamentales para ayudar a los estudiantes a encontrar su camino en el mundo digital.

Además, Olga destaca la importancia de la colaboración con instituciones como Bilib, Canal Senior y la Cámara de Comercio para brindar formación de alta calidad y satisfacer las necesidades de la comunidad. También examina cómo su biblioteca se ha convertido en un punto central para actividades culturales y de formación, contribuyendo al éxito de los programas de la Sección de Hemeroteca y el Punto de Inclusión Digital.

En un mundo cada vez más digital, el trabajo de profesionales como Olga Sotoca es fundamental para garantizar que todos tengan acceso y la capacidad de aprovechar al máximo las tecnologías de la información. Su dedicación y enfoque en la educación han enriquecido la vida de los habitantes de Talavera de la Reina, permitiéndoles navegar con confianza en el mundo digital.

En primer lugar, haznos una presentación. Cuéntanos quién eres, cuál es tu función en el Punto de Inclusión Digital, cuánto tiempo llevas trabajando y cómo llegaste hasta aquí.

Soy Olga Sotoca, trabajo como Técnico Auxiliar de Biblioteca en la Biblioteca José Hierro de Talavera de la Reina. Llegué aquí en noviembre del año 2003, desde entonces soy responsable de la Sección de Hemeroteca y del Punto de Inclusión Digital ubicados en la 2ª planta del edificio.

Como responsable del PID de tu localidad, cómo es tu día a día y tu trato con quienes acuden al Punto de Inclusión Digital teniendo en cuenta que los perfiles de los vecinos son distintos.

En el día a día atendemos a diferentes tipos de público, desde estudiantes que lo único que precisan es una conexión a Internet y que se conectan desde sus propios dispositivos a personas de la tercera edad que lo que buscan es ayuda para realizar diferentes gestiones a través de la red.

¿Qué actividades de todas las que organizáis son las que más éxito tienen entre los vecinos de la localidad?

Las actividades que más acogida tienen son las diferentes acciones formativas que llevamos a cabo sobre todo para la tercera edad.

¿Qué tipo de contenidos formativos y actividades demandan más en la actualidad quienes acuden al PID de tu localidad?

La tercera edad demanda sobre todo cursos de iniciación, uso de teléfonos móviles y gestiones electrónicas.

El grupo de mediana edad (entre 30 y 50 más o menos) suele demandar cursos de ofimática avanzados, sobre todo Microsoft Excel.

¿Cómo son las personas que acuden al Punto de Inclusión Digital de su localidad?

Se trata de un público muy diverso, tanto en lo que concierne a la edad como a la formación. Acuden al centro desde niños de 3 o 4 años por ejemplo hasta personas de 85 o 90 años.

La independencia de estos usuarios suele ser acorde con su nivel formativo, normalmente quienes poseen más formación no precisan asistencia, tan sólo el acceso a Internet. Aquellos que cuentan con poca o ninguna formación necesitan una asistencia continuada para realizar la mayoría de las gestiones (pedir cita médica, cita para renovar el DNI, cita para acudir al SEPECAM…).

Los niños una vez que tienen acceso suelen defenderse bastante bien en algunas aplicaciones, se echa de menos que cuenten con mayor conocimiento de las aplicaciones ofimáticas a la hora de hacer un trabajo.

Llevas muchos años vinculada a este PID y conoces el comportamiento y las necesidades formativas del alumnado, ¿cómo ha sido la evolución de esas necesidades y demandas formativas de los alumnos a lo largo de los años?

En un primer momento (año 2003) pocas personas tenían acceso a Internet en sus casas. La apertura de un Centro de Internet de este tamaño y características (40 equipos en sección de adultos + 8 equipos en la sección infantil) supuso una oportunidad importante para tener acceso a Internet de forma gratuita.

Las necesidades han cambiado mucho a lo largo de estos años, ya no se precisan tantos equipos, por una parte, porque la demanda ha disminuido, y por otra, porque cada vez son más los usuarios que acuden con sus propios dispositivos.

En cuanto a las necesidades formativas, estas también han evolucionado, se ha pasado de formación casi estrictamente ofimática a una formación más diversificada, como gestión electrónica, correo electrónico, realidad virtual, Scratch, diseño de páginas web etc.

¿Cómo crees que tu labor ha ayudado a formarse a las personas que acuden al Punto de Inclusión Digital?

Durante bastantes años yo impartí cursos de Iniciación a Internet, Iniciación a Informática, Correo electrónico, Búsqueda de empleo, Ofimática, Redes Sociales… Hoy en día existe una colaboración con diferentes instituciones como Bilib, Canal Senior, Cámara de Comercio etc. para llevar a cabo esta formación.

Después de cada taller formativo se les entrega una encuesta a los asistentes para que evalúen la formación recibida y en qué otra formación estarían interesados, esto nos sirve para saber hacia donde hemos de orientar las futuras acciones formativas.

Por otra parte, cuando alguien viene al centro a hacer alguna gestión se le enseña cómo ha de hacerlo para que en sucesivas ocasiones pueda ser él o ella quien la realice, siempre contando con nuestra ayuda si lo requiriese.


 

¿Cómo crees que las actividades del PID y tu propia labor como dinamizadora ha contribuido a mejorar la vida y el conocimiento digital de las personas que acuden al PID?

Sobre todo a través de la formación, que ha contribuido a que muchas personas, especialmente la tercera edad, pierdan el miedo a la tecnología y sean capaces de realizar gestiones sencillas, como puede ser la solicitud de cita médica o simplemente enviar unas fotos por WhatsApp o correo electrónico.

¿Cuáles las principales necesidades que presentan los alumnos y en los que se debería incidir en las formaciones?

Pues es curioso, pero hay una parte de la población que si bien son nativos digitales y manejan muy bien las tecnologías (ya no vamos a llamarlas nuevas) poseen grandes lagunas en la parte ofimática y no son capaces de hacer una presentación o un documento de texto presentable sin ayuda.

Otra parte de la población solicita que la formación no sea tan básica, es decir que se pueda acceder a un nivel avanzado de ciertas formaciones, como puede ser Microsoft Excel. Y que sean más extensas en el tiempo.

Y como ya vemos en todos los medios de comunicación, y nuestra ciudad no es una excepción, las gestiones electrónicas sobre todo en la tercera edad.

¿Qué formaciones son las más demandadas entre el vecindario de tu localidad y por qué?

Lo que más se demanda, como ya se ha indicado anteriormente, son cursos introductorios de informática e Internet, uso de teléfonos móviles, gestiones electrónicas y certificado electrónico (aquí tenemos un problema porque los Chrome Box no permiten instalar nada y a la hora de explicar los certificados electrónicos la formación se queda muy pobre).

El porqué yo creo que es evidente, se trata de un público que apenas ha tenido contacto con la tecnología y ha tenido que adaptarse a las circunstancias a marchas forzadas.

A los niños les interesa YouTube, Scratch, Instagram… sobre todo lo que tiene que ver con ocio y tiempo libre.

Las actividades del PID de tu localidad suelen reunir a mucho público y gozan de éxito, ¿cuál es el secreto?

Creo que un punto a favor es que el PID comparte espacio con una biblioteca pública, muchas personas que vienen a leer la prensa, a los clubes de lectura, a coger libros o a otras actividades que se desarrollan en la biblioteca también muestran interés por las actividades que se llevan a cabo en el PID.

La evaluación de la formación también nos permite conocer cuáles son las necesidades y preferencias de los alumnos, de modo que el diseño del plan de formación se suele ajustar a esos parámetros.

También es muy importante la difusión que se lleva a cabo, hacerla con antelación, a través de correo electrónico, en prensa, radio... en suma, intentar llegar al mayor número de personas.

Aun así, hay un grupo de población que cuesta atraer, tanto a la biblioteca como a los PID, y es el público joven (de 15 a 25 años aproximadamente). Debemos poner el foco en este grupo de población para saber cuáles son sus necesidades e intereses y poder ofrecerles servicios que se ajusten a sus expectativas.

¿Cómo de importante consideras que es la digitalización y el desarrollo de competencias digitales en tu localidad?

Aunque el PID ubicado en la Biblioteca José Hierro lleva a cabo numerosas actividades que tienen como objetivo el desarrollo de competencias digitales, hay otros centros que contribuyen a esta tarea, como son el resto de bibliotecas de la localidad (Biblioteca Niveiro Alfar El Carmen, Biblioteca García Lorca y Biblioteca de Santa María) que también llevan a cabo acciones formativas. Intentamos llegar al mayor número de público y minimizar la brecha digital.

¿Qué habilidades o qué competencias debe tener un monitor de un PID para trabajar con personas jóvenes y con personas mayores?

Un monitor de un PID debe tener conocimientos de ofimática, Internet, manejar con soltura plataformas para realizar gestiones comunes, como solicitar una vida laboral, obtener el borrador de la declaración de la renta, gestionar un certificado electrónico, solicitar una beca de estudios o diferentes trámites en extranjería.

Personalmente, debe ser una persona amable, educada, empática, dispuesta a echar una mano siempre, pero sobre todo con mucha paciencia, todo el mundo no aprende de la misma manera ni al mismo ritmo, cada persona es diferente, con necesidades diversas. A veces llegan al centro un poco perdidos, sin saber muy bien qué tienen que hacer para obtener un documento determinado, debemos ser pacientes para saber qué es lo que buscan exactamente.

En tu trayectoria, has tenido la oportunidad de tratar con decenas de alumnos. ¿Podría indicarnos algún caso que te haya resultado especialmente sorprende y del que te sientas orgullosa?

Recuerdo hace años un curso que impartí de Búsqueda de empleo, entre otras cosas, en ese curso se les enseñaba a los alumnos los diferentes portales de empleo que existían, cómo registrarse en varias ETT, etc. El cuarto día del curso, uno de los alumnos nos dijo que se había registrado en un portal de empleo, que le habían hecho una entrevista y que se incorporaba a trabajar, para mí fue una gran alegría, ver que la formación daba sus frutos.

Luego hay muchos más casos de personas que han venido a algún curso y después han venido al centro a practicar o a hacer alguna gestión y han necesitado poca o ninguna ayuda.

Una labor imprescindible en el PID de Talavera de la Reina.

En esta inspiradora entrevista, Olga Sotoca, la responsable del Punto de Inclusión Digital de Talavera de la Reina, nos ha trasportado a su día a día y a su experiencia y trabajo para desarrollar las competencias digitales de su comunidad. Su compromiso con la formación y la paciencia con una amplia variedad de estudiantes, desde nativos digitales hasta aquellos que están dando sus primeros pasos en la tecnología, son dignos de elogio.

La visión de Olga, su énfasis en la formación y su colaboración con diversas instituciones para satisfacer las necesidades de la comunidad son ejemplos inspiradores de cómo la tecnología puede unir a las personas y mejorar sus vidas. La Biblioteca José Hierro, con su Sección de Hemeroteca y el Punto de Inclusión Digital, se ha convertido en un centro vital para la cultura y la formación digital en Talavera de la Reina.

A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, el trabajo de personas como Olga es esencial para asegurarse de que nadie quede atrás en la era digital. Olga Sotoca es un faro de esperanza y un ejemplo de cómo una pasión por la educación y la tecnología puede marcar una diferencia significativa en la vida de las personas. Gracias, Olga, por su incansable labor y su compromiso con la inclusión digital.

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