Con el avance hacia 2025, surgen diversas tendencias tecnológicas que, aunque todavía no se aplican de forma generalizada en Castilla-La Mancha, tienen un potencial significativo para transformar el sector agrario y ganadero de la región:
Agricultura y ganadería de precisión
La agricultura y la ganadería de precisión aprovechan sensores, drones, sistemas GPS y herramientas de análisis de datos para optimizar cada aspecto del proceso productivo. En agricultura, los sensores permiten monitorear en tiempo real la humedad del suelo, la temperatura y los niveles de nutrientes, proporcionando datos esenciales para una fertilización y riego precisos. En ganadería, collares inteligentes recopilan información sobre la salud y actividad del ganado, facilitando una gestión eficiente de los rebaños.
En Castilla-La Mancha, estas tecnologías podrían aplicarse ampliamente en viñedos, olivares y explotaciones ganaderas. Los drones equipados con cámaras multiespectrales podrían identificar zonas de cultivo con deficiencias antes de que el problema sea visible a simple vista, mientras que los sistemas de GPS garantizan la distribución uniforme de insumos en grandes extensiones.
Sistemas ganaderos resilientes al cambio climático
El proyecto Re-Livestock, liderado por el CSIC, busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la adaptación climática de la ganadería mediante selección genética de animales más resistentes al calor. Esto es especialmente relevante en una región como Castilla-La Mancha, afectada por temperaturas extremas. Además, las estrategias de manejo desarrolladas dentro del proyecto podrían implementarse para optimizar la alimentación y el bienestar animal.
Biosensores avanzados para monitoreo del suelo
Los biosensores analizan en tiempo real condiciones como pH, humedad y niveles de nutrientes en el suelo, permitiendo aplicar fertilizantes y agua de forma precisa. Esto podría aumentar significativamente la eficiencia en cultivos de alta importancia como el pistacho y el almendro. En Castilla-La Mancha, su implementación puede optimizar las prácticas agrícolas tradicionales, logrando un mayor rendimiento con un menor impacto ambiental.
Economía circular en el sector agrícola
La economía circular permite transformar residuos agrícolas en nuevos insumos, como biocombustibles y fertilizantes naturales. En Castilla-La Mancha, esta tecnología podría aprovechar subproductos como restos de poda o desechos de olivar para generar energía y productos sostenibles. Ejemplos prácticos incluyen plantas de compostaje y biogás en zonas rurales.
Agro fotovoltaica
Esta tecnología combina paneles solares con terrenos agrícolas, permitiendo un uso dual del espacio. Los cultivos se benefician de sombra parcial, mientras que las explotaciones generan energía renovable. Castilla-La Mancha, con su alta irradiación solar, tiene un gran potencial para adoptar esta práctica en cultivos de secano. Los proyectos agro-fotovoltaicos pueden reducir los costos energéticos y aumentar la rentabilidad de las explotaciones.
Inteligencia Artificial y IoT
La combinación de IA con dispositivos IoT revoluciona la agricultura y ganadería, proporcionando monitoreo en tiempo real y predicciones basadas en big data. Por ejemplo, sensores conectados pueden detectar enfermedades en cultivos o alertar sobre desbalances en la alimentación del ganado.
Granjas inteligentes
Estas granjas integran tecnologías como robótica, IoT, IA y automatización para optimizar procesos como el ordeño, la alimentación, el monitoreo de salud animal y limpieza de establos. Un buen ejemplo son los collares inteligentes que recopilan datos en tiempo real sobre la actividad y salud del ganado, lo que permite identificar tempranamente enfermedades y mejorar el rendimiento general. En Castilla-La Mancha, esta tecnología podría adaptarse especialmente a la producción de leche y carne.
Tractores autónomos
Estos vehículos, equipados con GPS y sistemas avanzados de navegación, están transformando el manejo de grandes extensiones de cultivo. Los tractores autónomos pueden realizar tareas como siembra y cosecha de manera precisa, reduciendo la necesidad de mano de obra y los costos operativos. En Castilla-La Mancha, su uso podría ser revolucionario en cultivos extensivos de cereales.
Agricultura regenerativa
Promueve la restauración de suelos a través de prácticas como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y la reducción del arado intensivo. Castilla-La Mancha, una región con desafíos de desertificación, podría beneficiarse enormemente al implementar estas prácticas para mejorar la retención de agua y aumentar la biodiversidad en sus tierras.
Blockchain en la cadena de suministro
El blockchain garantiza la trazabilidad de los productos desde el origen hasta el consumidor. Esto es especialmente relevante para exportar productos de alta calidad como el aceite de oliva o el vino, ofreciendo transparencia y confianza al cliente final. En Castilla-La Mancha, podría ser una herramienta clave para diferenciar los productos locales en mercados internacionales.
Robótica agrícola y ganadera
Robots para cosechar frutas, eliminar malezas o plantar semillas son soluciones sostenibles para superar la escasez de mano de obra.
Ejemplo de ello es el robot autónomo para injertos agrícolas desarrollado por el CSIC, automatiza completamente el proceso de injerto en plantas. Permite desde la selección de plántulas hasta el ensamblaje de tallos, mejorando la calidad y reduciendo costos laborales. Castilla-La Mancha, con cultivos de solanáceas como el tomate, podría beneficiarse enormemente de esta tecnología.
En la ganadería, la automatización de procesos como el ordeño también está en auge.
Agricultura vertical
Ideales para producir alimentos en espacios controlados, estas tecnologías requieren menos agua y nutrientes. Castilla-La Mancha podría aplicarlas para el cultivo de hierbas aromáticas, un producto de alto valor añadido. Además, permiten una producción continua durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas externas.